Para sembrar pimientos, primero puedes comenzar con las semillas en interior, en un semillero o directamente en macetas, unos 6-8 semanas antes de la última helada de primavera. Luego, cuando las plántulas tengan unas 4-5 hojas y tengan 10-12 cm de altura, puedes trasplantarlas al lugar definitivo en tu huerto. En exterior, asegúrate de que no haya heladas y que la tierra esté bien suelta, con una separación de 45 cm entre plantas y 45-60 cm entre hileras.
Pasos para sembrar pimientos:
1. Preparación del semillero/maceta: Si vas a sembrar en interior, usa un semillero o macetas con buen drenaje. Utiliza un sustrato específico para semilleros o tierra negra/tierra bonada, humedecida.
2. Siembra de semillas: Cubre las semillas con una ligera capa de sustrato. Riega suavemente para humedecer el sustrato. Mantén el sustrato húmedo pero no encharcado. Si vas a sembrar en interior, coloca el semillero en un lugar cálido y luminoso. En macetas individuales, puedes colocar 2-3 semillas por maceta, bien distribuidas, si son variedades pequeñas, o una planta por maceta si son grandes.
3. Trasplante (a exterior): Una vez que las plántulas tengan 4-5 hojas y 10-12 cm de altura, están listas para trasplantarse al lugar definitivo. Asegúrate de que no haya heladas en tu zona antes de trasplantar. Prepara el terreno: suelta la tierra, agrega compost o abono orgánico, y marca los agujeros con una separación de 45 cm entre plantas y 45-60 cm entre hileras. Coloca una plántula en cada agujero, cubriendo las raíces con tierra. Riega bien después de trasplantar.
4. Cuidado de la planta: Riega regularmente, evitando encharcar el suelo. Asegúrate de que las plantas tengan suficiente luz solar (6-8 horas al día). Considera podar la primera flor que salga para que la planta se fortalezca. Protege tus pimientos de plagas y enfermedades.
Consejos adicionales: La mejor época para sembrar pimientos es en primavera, preferiblemente en interior antes de la última helada. Los pimientos necesitan suelos sueltos, profundos y ricos en nutrientes. Puedes usar abono orgánico o compost para enriquecer el suelo. En climas fríos, considera cubrir las plantas con una capa de paja o mantillo para protegerlas de las heladas. Puedes usar un sistema de riego por goteo para un riego más eficiente.
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