Para sembrar tomates, comienza preparando un semillero con buen sustrato, realiza pequeños agujeros y coloca semillas en cada uno. Luego, humedece la tierra con un pulverizador y coloca el semillero en un lugar cálido y con luz, pero sin sol directo.
Paso a paso:
Elige un buen semillero: Puede ser un semillero específico, macetas pequeñas o incluso bandejas recicladas.
Rellena el semillero: Usa un sustrato de buena calidad, rico en nutrientes y bien drenado.
Prepara los agujeros: Con un lápiz o bolígrafo, crea pequeños agujeros en el sustrato.
Coloca las semillas: En cada agujero, coloca 2-3 semillas. Cubre las semillas: Cubre las semillas con una capa fina de sustrato, no más de medio centímetro. Humedece la tierra: Riega con un pulverizador para no mover las semillas.
Ubica el semillero: Colócalo en un lugar cálido y con luz, pero sin sol directo.
Germinación: Mantén la humedad y espera a que las semillas germinen. Trasplante: Una vez que las plántulas tengan varias hojas, trasplántalas a macetas individuales o a tu huerto.
Consejos adicionales: Luz: Los tomates necesitan al menos 8 horas de luz solar directa al día.
Riego: Riega las plantas con regularidad, pero no en exceso, especialmente en los primeros días después del trasplante. Distancia: Si plantas directamente en el huerto, respeta una distancia de 40-50 cm entre plantas.
Suelo: Prepara el suelo con compost o tierra de calidad para el huerto. Control de plagas: Presta atención a las plagas y enfermedades y toma medidas preventivas
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